La salud capilar no depende únicamente del tipo de cabello que tengas, sino también de características menos visibles como la porosidad. Aunque no siempre se habla de ella, la porosidad del cabello juega un papel fundamental en cómo el pelo retiene y absorbe la humedad, responde a los productos o se comporta frente al clima. Entender qué nivel de porosidad tienes puede marcar la diferencia entre una rutina capilar efectiva o una que no termina de funcionar.
En términos simples, la porosidad hace referencia a la capacidad del cabello para absorber y retener agua. Esta cualidad viene determinada por cómo están dispuestas las cutículas capilares, esas pequeñas capas superpuestas que recubren cada hebra. Si están bien alineadas y cerradas, el pelo tiene baja porosidad y cuesta que entre el agua, pero también la mantiene bien una vez absorbida. Si están más abiertas o dañadas, el cabello es de alta porosidad: absorbe fácilmente el agua, pero también la pierde con rapidez. Entre ambos extremos se encuentra la porosidad media, que suele ser la más equilibrada.

Cómo saber qué tipo de porosidad tiene tu cabello
Una de las formas más comunes de estimar la porosidad del cabello en casa es a través de la llamada “prueba del vaso de agua”. Consiste en tomar un cabello limpio (sin residuos de productos) y colocarlo en un vaso con agua. Si el cabello flota, se considera de baja porosidad; si se hunde lentamente, puede tratarse de porosidad media; y si se hunde rápidamente, probablemente sea alta. Aunque este método no es infalible, puede dar una pista inicial sobre cómo se comporta tu melena.
Más allá de las pruebas caseras, también se puede deducir la porosidad observando cómo responde el cabello al día a día. Si te cuesta que el agua lo penetre durante la ducha, los productos parecen quedarse en la superficie o el secado es muy lento, es posible que tengas una porosidad baja. Por el contrario, si tu cabello se empapa enseguida, se seca con rapidez pero luce apagado, encrespado o muy reseco poco después, podrías estar ante una porosidad alta.
Causas que afectan la porosidad del cabello
La porosidad no es una característica estática. Aunque en parte viene determinada por la genética, también puede verse alterada por factores externos. El uso frecuente de herramientas térmicas como planchas o secadores, la exposición al sol, el cloro o la sal del mar, así como tratamientos químicos (tintes, decoloraciones, alisados) tienden a abrir las cutículas, aumentando la porosidad. Incluso hábitos como cepillarse con fuerza, lavar el pelo con agua muy caliente o usar productos agresivos pueden influir negativamente.
Por eso es importante entender que cuidar la porosidad no se trata solo de aplicar productos, sino también de cambiar ciertas costumbres que puedan estar dañando la estructura capilar.
Cómo tratar la porosidad del cabello de forma natural
Una vez identificado el tipo de porosidad, lo ideal es adaptar la rutina capilar para ayudar al cabello a retener mejor la hidratación y restaurar el equilibrio. Si el cabello es de baja porosidad, suele beneficiarse de productos ligeros, sin acumulación de aceites pesados ni siliconas. Es importante aplicar calor suave durante los tratamientos (como mascarillas o aceites tibios), ya que esto ayuda a abrir ligeramente la cutícula y permitir que los nutrientes penetren.
En el caso de cabellos con alta porosidad, lo fundamental es sellar la hidratación. Aquí entran en juego ingredientes naturales como el aloe vera, el aceite de argán o el aceite de ricino, que ayudan a suavizar la cutícula y proteger la fibra capilar. También es recomendable evitar lavados demasiado frecuentes, usar toallas de microfibra y aplicar productos que contengan proteínas vegetales en pequeñas dosis, ya que estas refuerzan la estructura del cabello debilitado.
La porosidad media, al ser la más equilibrada, requiere menos ajustes específicos, pero aún así se beneficia de una rutina consciente que combine hidratación y nutrición sin excesos. El secreto está en observar cómo responde el cabello y ajustar los productos según las necesidades de cada momento.
Escuchar a tu cabello es la clave
El cuidado capilar efectivo no se basa en modas, sino en comprender qué necesita realmente tu pelo. Conocer la porosidad del cabello es una herramienta poderosa para tomar mejores decisiones: desde qué champú elegir hasta cómo aplicar una mascarilla o qué tipo de aceites utilizar. Es un enfoque más personalizado, que va más allá de clasificaciones superficiales como “liso”, “rizado” o “seco”.
En Healthy Hair apostamos por una cosmética que respeta la biología natural del cabello. Nuestros productos están formulados sin sulfatos, siliconas ni parabenos, y están pensados para adaptarse a cada tipo de porosidad con ingredientes naturales que nutren de forma real, sin dañar ni alterar. Porque cada melena tiene su historia, y también su forma de recibir el cuidado.